Gabriel Forti cursó sus estudios secundarios en la escuela «Nuestra Señora de Guadalupe», entre los años 1981 y 1985.
Es abogado y escribano.
Actualmente se desempeña como profesor de Formación Ética y Ciudadana, Construcción de Ciudadanía, Participación e Identidad, Derecho, Derecho y Construcción de Ciudadanía … en esta escuela al igual que en otras instituciones de la ciudad.
Por Gabriel Forti
Siempre he oído y leído acerca que “educar implica tocar el corazón y la vida de alguien”, impactar de una vez y para siempre, y transformar a sus destinatarios, en personas de bien, amantes del conocimiento; pero también de la verdad y de la justicia.
Y también, de lo importante, de lo trascendente que es, desde la escuela, la construcción de un vínculo que exceda lo estrictamente pedagógico, algo que haga más llevadero, más humano nuestro caminar hacia el conocimiento y hacia el empoderamiento de los valores que deberían guiar nuestra vida.
Hoy siento que se me hace difícil, casi imposible imaginar mi vida al margen de “La Tolde”…
..Es que ha sido tanto el camino recorrido, tantas las instancias compartidas como alumno primero -1981- y luego en la tarea que aún hoy me ocupa.
…En fin tanta historia caminada y compartida….
¡Cómo han cambiado los tiempos y la sociedad!
…Desde aquella época que nos veía llegar como tímidos adolescentes, allá en los comienzos de los años 80 hasta nuestros días…
Tanto ha cambiado todo…Y nuestros niños/as y/o adolescentes también….en nada se parecen a cualquier idea que pudimos habernos imaginado alguna vez…
Imposible imaginar tantos cambios y tan radicales en casi cuatro décadas…
…Es que han sido tantas y tan profundas las transformaciones, en todos los órdenes.
Y es en este escenario, en este estado de cosas en el que hoy nos encontramos.
Nuestra escuela, decididamente también ha cambiado, ha sufrido el impacto lógico de dicha transformación.. y ello, consecuentemente, nos ha impactado, sobre todo a quienes hemos vivido y caminado los otros tiempos..
Es que esa otra «Tolde», de aquella sociedad “ochentosa”, de aquellas familias y aquellos alumnos ya no existe.
Durante mucho tiempo ha sido un espacio casi familiar. Un sitio caracterizado por un trato que rozaba lo informal entre sus integrantes.
¡Cuántas generaciones han pasado por estas instalaciones! ¡Cuántos han referido siempre a ese trato igualitario entre todos!
¡Cuántos han reparado en el reconocimiento de un espacio de libertad, en el cual crecieron y egresaron!
Si habría una certeza en todo esto es esa caracterización. Un lugar donde se propiciaba la libertad, el diálogo y también un espacio para la creación.
Un lugar donde se buscaba empapar a sus integrantes de los valores del Evangelio..
Cómo olvidar nuestro lema casi emblema de “formar buenas personas”, acuñado por el inolvidable Padre Trucco, que aún hoy nos sigue atravesando, y sigue siendo el Norte de todo nuestro ideario institucional…
Este es un tiempo de cambios importantes.
Cambios vertiginosos, que nos han puesto frente a la necesidad de adaptar todo lo institucional a los nuevos desafíos, a todo aquello que se espera de la escuela hoy..
Nos aparece, entonces, como imperativa, la necesidad de confrontar nuestras propias -y quizás viejas- “concepciones”, con el discurso predominante de “lo que debe ser la escuela en estos tiempos”, de “qué aspectos debemos priorizar”.
Imperativo también es la búsqueda de consensos acerca de los modos de seguir construyendo escuela, de las estrategias para afrontar la diversidad y de los criterios de intervención que nos permitan interactuar frente a tanta incertidumbre.
Este tiempo debiera ser un tiempo de recupero de lo “identitario”…
…Un tiempo destinado a reconstruir “eso que fuimos y no deberíamos perder”…
…Recupero de aquellos valores, aquel compromiso, aquel sentido de pertenencia que nos envolvía, que nos hizo fuertes y que nos unió de modo casi indestructible…
…Aquella especie de querencia que nos hizo amar y sentirnos parte de este lugar…
Ello seguramente permitiría guiar nuestros pasos y tomar decisiones, sin perder de vista jamás quiénes somos y hacia dónde vamos..
…Identidad que no clausure otras miradas, y abierta a invitar a sumarse a quienes lleguen, a otorgarles la confianza que cobija y da seguridad, confianza que les haga amar este sitio y también amar la tarea…
…Al fin de cuentas, una identidad que permita redescubrirnos más cercanos, más humanos y más sensibles a las necesidades de todos, y sobre todo, una identidad amparada y apoyada en nuestra Madre María de Guadalupe.
Patricio Cullen 7397. Santa Fe. Argentina.
secundario8150@escuelansguadalupe.edu.ar
Contempla el Ciclo Básico de la Educación Secundaria (1º y 2º año), con espacios curriculares de orientación para que los alumnos puedan conocer y recibir conocimientos y apropiarse de aprendizajes básicos relacionados al ciclo Orientado (3°, 4° y 5° año) de la Educación Secundaria según la Ley de Educación Nacional 26206. Dichos espacios son: Seminario de Ciencias sociales, Laboratorio de Ciencias Naturales y Taller de Economía y Administración.
A partir de 3er año, los alumnos cursan la orientación que han elegido luego de realizar el proceso de acompañamiento por parte del Departamento de Orientación de nuestra escuela.
Pueden optar por:
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La Naturaleza y el medio ambiente.
Los seres vivos.
El método científico.